Parte III ~Maybe they’ll bring her back to me~
El muchacho miraba la casa, se vía realmente diferente sin adornos coloridos representado la Navidad, la pared del comedor, contiguo a la sala, estaba aún con ese peculiar color salmón, pero en gran parte había un severo tono oscuro justo en el lugar donde el incendio comenzó
“Tal vez no adorne porque tema que suceda lo mismo que ese día” pensaba
-Toma, hijo- interrumpió los pensamientos del joven
-OH, gracias- respondió tomando su taza con una cuchara, se sentía en confianza, algo que jamás pensó sentir. Tuvo ganas de bromear un poco, en esos momentos se sentía bien—Oh, ya no bebe ponche en diciembre…
-je, no… La realidad es que, no sé hacerlo- contestó a la broma del menor y soltó una leve risita—Bien, ¿y qué te animó a tocar mi puerta?
-Am, pues verá, señor. Últimamente he observado su hogar, esta demacrado igual que usted…
-igual que tú…- interrumpió el mayor
-Sí… eso creo
Ambos comenzaban a tener los rostros algo tensos al recordar al mismo tiempo la terrible destrucción de la casa y sus propios corazones
-Creo que debemos hacer algo más que sentarnos solos y recordar malos ratos
-¿Qué malos ratos? Yo no estoy solo…- el hombre mayor siempre fue un poco testarudo y no quería reconocer que también estaba metido en una gran depresión
-Vamos, hombre, sabemos que los dos estamos tristes por ellas…
Al mencionado se le cristalizaron los ojos, pero no era la primera vez que lloraba… Hubo muchas noches en que también necesitó más de tres paquetes de pañuelos.
-Tienes razón…- su voz se quebró—Creo que debemos seguir ¿no?
-Sí, incluso puede usted intentar adornar su casa de nuevo, sólo para traer un poco de felicidad a este lugar- dijo el joven mientras miraba al techo y alrededor de él, notando que realmente la casa que una vez fue hermosa, gracias a la mujer que adornaba, ahora se veía muy mal
-Sí, pero sé que aún así las extrañaré. Mi esposa de fue así sin despedir…Mi hija también… Oh mi pequeña- decía entre sollozos—Extraño tomar su carita y besar su frente, amaba cómo tomaba ella mi rostro y también lo besaba… Extraño sentir sus manitas sobre la mia mientras sentía la textura de mi piel. Amaba los labios de mi mujer después de llegar del trabajo… Extraño a mi esposa y a mi hija…
-Era hermosa- interrumpió esta vez el joven, quien tenía una leve curva hacia arriba en la comisura de sus labios.
-¿Tu también la extrañas?
-Señor, con todo el respeto que se merece usted y la memoria de su hija, pero ¿nunca se dio cuenta de que ella era y aún es mi todo?
-Un poco, pero creí que era una ligera obsesión de cualquier chiquillo
-Oh, bien… Realmente no importa mucho, lo más importante aquí, es nuestra felicidad… Últimamente he estado pensando y reflexionando, pero no podemos quedarnos varados en recuerdos, al fin de cuentas sabemos que están mejor
El hombre mayor sólo escuchaba al joven que, alguna vez quiso como hijo… Asentía cada vez que estaba de acuerdo
-Bien pongamos manos a la obra y adornemos este tétrico lugar ¿sale?- al parecer las palabras del menor le habían dado un toque de optimismo y alegría
-Bien
Fueron al Sótano de la casa y encontraron los adornos…
Terminaron después de una larga hora y media, pues no eran expertos
Cada adorno representaba aquella tarde-noche para ellos un recuerdo bueno, para así, cubrir el hollín, que entes caso era la vaga y mala memoria de la muerte de sus amadas.
Por último, pusieron un nuevo árbol navideño, de plástico. Esto fue un reto muy grande para ambos, pues no era el mismo árbol de hace una década pero aun así les traía ese horrible sentimiento de pérdida.
Flashback
-¿Qué es eso?- preguntó la anciana sentada en la sala de la familia—hay mucha luz
-¿en donde señora mía?- dijo el hombre de la casa, miró hacia donde un gran árbol se llenaba de luz, pero no de la serie de luces que había sido puesta como adorno, sino de una cegadora luz de fuego.—Por dios, salgamos de aquí…
El hombre quiso ayudar a su vieja vecina salir de ahí, la cargó en sus brazos pues ella ya no caminaba rápido, el sobrino-nieto de la anciana caminaba detrás de ellos…
Todo parecía estar bien ya que ellos tres estaban afuera sin algún rasguño. De pronto un grito desgarrador se escuchó
-Maldita sea!, Mi esposa e hija están ahí—el hombre de la casa entró de nuevo para salvar a sus dos mujeres. Como todo se quemaba bastante rápido, los gigantescos libreros y cajones caían justo en su camino, lo cual, lo llevo a darse cuenta de que ya era tarde para salvarle la vida a su esposa e hija…
El niño se enteró de esto y comenzó a lloriquear como si alguien le hubiera dado un buen golpe en el estómago. La anciana que lo cuidaba no lograba entender, pues ya casi no era consciente de lo que sucedía, era muy grande de edad.
¡No! ¡por favor! ¡Dios Mío, regrésame a mis amores! ¡No te las lleves así!! ¡las necesito!! Gritaba el hombre quien estaba arrodillado fuera de su casa…
Muy tarde llegaron los bomberos, no esperaban nada nuevo ese año en Navidad, creyeron que aquella llamada había sido una broma. Pero ahora están más que arrepentidos.
Lograron apagar el incendio antes de que toda la casa fuera destruida por el fuego, pero ningún potente chorro lograría apagar el gran dolor que el niño y el hombre sentían…
Fin de flashback
-Diablos… que… difícil- dijo el joven mientras acomodaba el árbol
--Sí… mucho
Terminaron de adornarlo; habían puesto esferas, muñequitos, un poco de escarcha y en la copa la correspondiente estrella… Sólo faltaban, las luces de colores.
-No… n-no puedo… hazlo tú- pidió el adulto mayor al muchacho
-Mejor… los dos
Se pusieron de acuerdo y fueron acomodando, foquito por foquito en cada lugar del follaje plástico del árbol.
-Listo- dijeron al unísono
Y luego, con mucho temor, encendieron la serie de luces de colores.
Apagaron los focos de las otras habitaciones y se dedicaron a disfrutar unos minutos de la luminosidad perfecta que daba aquel árbol, se sentaron en el piso de la casa cerca del árbol navideño…
Afuera había llegado un pequeño grupo de niños que cantaban villancicos.
Estaban reconfortados los dos.
“Oh, las luces navideñas, tal vez me la traigan de vuelta…”
Sentían la presencia de aquellas dos, en la casa. El muchacho escuchaba la pequeña voz de su amiga vecina, el adulto escuchaba la de su esposa. Podían olerlas, podían sentir que los rozaban.
“Oh, luces de navidad, siguen alumbrando”
Lloraban de alegría. No sabían qué hacer, así que una rara fuerza los obligó a abrazarse. Eran compañeros de dolor, pero también de recuerdos…
“Tal vez todos mis problemas habrán desaparecido…Oh, esas luces navideñas siguen alumbrando, tal vez la traigan de vuelta a mí…”
Grandes campanadas de la iglesia cercana comenzaron a sonar. Ya eran las once de la noche… Sólo faltaba una hora para el conteo de regreso a las doce en punto y sería año nuevo.
Ambos se levantaron, encendieron las luces y el joven le mostró el volante de la gran fiesta de la calle Oxford. Sin pensarlo, el adulto mayor, tomó su vieja bufanda y salieron hacia donde aquella fiesta se encontraba…
10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1… FELIZ AÑO NUEVO!!
Gritaron todos en armonía y ellos dos se fundieron en un abrazo fraternal.
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1 ene 2011
But I can´t belive she´s gone
Parte II ~Christmas Light~
10 más tarde
Aquél recuerdo había llegado pronto a la cabeza del joven que, ahora estaba sentado enfrente de esa casa llena de manchas negras. Estaba en la banqueta de su propia casa donde, su actual novia lo esperaba para pasar la víspera juntos.
En su espacio podía sentirse la desolación, todo era culpa de una simple noche de Navidad… Ya no estaba con ella, y eso lo lastimaba desde hace años.
Se sentía mal… Ya había pasado una larga década después de que la vio.
La novia desesperada, decidió irse… Estaba algo cansada de verlo así. Tenía una reunión con viejos amigos, así que salió de la casa del joven para despedirse.
-Me voy… Disculpa que no me quede, tengo otros asuntos
-No te preocupes, de todos modos no pensaba hacer nada este año.
-No te pongas así… ¿No puedes sólo olvidarlo?
-Es que, es difícil, amor… Perdona si te hago sentir mal
-No me pidas perdón, no tienes razón… Cuídate mucho…-- volteó a ver la casa de enfrente, miró dentro de la ventana. Había un hombre viejo sentado en su comedor, inmóvil. Se veía triste, tenía una cara parecida a la de su novio “pobre hombre…” pensó ella—Oye…
-¿Qué sucede?—seguía con la mirada sobre la ventana de esa casa, miraba la misma escena que ella.
-Tal vez, este año sea diferente… Debes enfrentarte a la realidad, no puedes quedarte aquí. Aquél hombre sabe cómo te sientes ¿ o no?
-Sí, era su padre.
-Exacto, puedes ir, tocar su puerta y hablar con él, tal vez hoy, fin de año, puedas pasarlo bien con alguien más.
-Tal vez…- dijo, con cara de hipnotizado.
-Bien, corazón. Cuídate mucho, y Feliz Año Nuevo—se despidió de él, agachándose un poco para besarle la frente y después caminó a su auto para así, encaminarse a su reunión.
Ella no podía dejar de lado su reunión, hacía mucho que no veía a esos amigos y además, juró ir “llueva, truene o relampaguee, yo iré” dijo aquella vez…
Pero tampoco tenía muchas ganas de dejar solo a su novio. Ya habían hablado de ese accidente, ella ya le había preguntado si deseaba ir, pero él dijo que no, que no se sentía bien si había tantas personas con él, así que ella respetó su decisión. Aún así, estaba cansada de verlo cada año, desde el día de la Víspera de Navidad hasta el 19 de enero del siguiente año, sentado dondequiera pero en el suelo, con las manos en la cara, ojos hinchados y rojos, la nariz escurriendo y a su lado tres paquetes de pañuelos para limpiarse…
Arrancó el motor de aquella carcacha y se fue, dejándolo solo.
Él pensaba que ella tenía razón… Pero no sabía cómo hablarle de nuevo a ese hombre, su vecino. Desde aquél incendio provocado por unas chispitas de las luces de colores, los había dejado a todos mal heridos…
La esposa del señor había fallecido con su hija… Quedando así tres integrantes vivos, ese día, en la casa: él, el padre y su, apenas un año, ya fallecida tía abuela.
“El mundo está lleno de muerte y dolor… A veces creo que la gente sólo viene a morir y no cumple nada” pensó con el ceño fruncido.
“Aún no cae nieve… No cae nieve para mí desde aquél día. Cada vez que espero a que ésta llegue, ya no siento que sean épocas prósperas decembrinas.” Seguía metido en sus pensamientos. Mientras el congelado viento le golpeaba la cara y hacía que sus cabellos flotaran, pareciera que quisieran desprenderse de su cabeza.
Gracias al viento, llegó volando un volante algo maltratado… Lo leyó
ESTA NOCHE ES DE FIESTA
El día 31 de diciembre habrá un gran evento en la calle Oxford… No falten. Habrá también juegos para toda su familia, para estar con los amigos, no puedes venir sólo, el día de año nuevo se festeja a lo grande.
-Oh, parece que todos se divertirán allá… Tal vez deba ir…- se dijo a sí mismo, tratando de olvidar, por primera vez, lo del accidente.
“Lleva a tu vecino!, está igual de solo que tú” le dijo su cabeza…
Y sin pensarlo dos veces, se dispuso a levantarse del asfalto, caminar unos metros y tocar por primera ocasión en la década aquella puerta manchada de hollín.
Toc, toc , toc
¿Quién es? Dijo una grave voz desde dentro de la casa.
-Buenas tardes señor, soy su vecino de enfrente…- dijo con un poco de optimismo al recordar la voz de aquél buen hombre que una noche los invitó a una deliciosa cena, olvidando por segunda ocasión lo sucedido.
Pase… Pase- dijo el solitario dentro de la casa.
Estaba un poco nervioso, realmente no sabía si las manos le temblaban del cruel frío de ahí afuera, o de nervios. Aún así, giró el picaporte de la puerta y caminó hacia dentro.
Inmediatamente chocó con él.
El hombre mayor esperaba justo detrás de la puerta.
-Bu- buenas tardes, señor- repitió el joven con una sonrisa algo fingida, pero no porque no quisiera sonreír a su vecino, sino que no sentía ganas de hacerlo, aún se sentía triste.
-buenas…- le respondió igual.-- ¿Qué te trae por aquí muchacho?, ya nadie viene a visitarme
-¿Es esa la razón de que su casa no esté adornada?
-No, claro que no. Pero… tampoco la tuya estuvo adornada por años jovencito—dijo el mayor evitando las evidencias de que aún se sentía deprimido
-Pero este año sí…
-Sí, ya lo noté… Bueno, realmente no importa, pasa muchacho, calenté un poco de agua.
-Gracias…
Llegaron a la sala y el menor se sentó esperando paciente al vecino para que trajera las tazas con té caliente.
10 más tarde
Aquél recuerdo había llegado pronto a la cabeza del joven que, ahora estaba sentado enfrente de esa casa llena de manchas negras. Estaba en la banqueta de su propia casa donde, su actual novia lo esperaba para pasar la víspera juntos.
En su espacio podía sentirse la desolación, todo era culpa de una simple noche de Navidad… Ya no estaba con ella, y eso lo lastimaba desde hace años.
Se sentía mal… Ya había pasado una larga década después de que la vio.
La novia desesperada, decidió irse… Estaba algo cansada de verlo así. Tenía una reunión con viejos amigos, así que salió de la casa del joven para despedirse.
-Me voy… Disculpa que no me quede, tengo otros asuntos
-No te preocupes, de todos modos no pensaba hacer nada este año.
-No te pongas así… ¿No puedes sólo olvidarlo?
-Es que, es difícil, amor… Perdona si te hago sentir mal
-No me pidas perdón, no tienes razón… Cuídate mucho…-- volteó a ver la casa de enfrente, miró dentro de la ventana. Había un hombre viejo sentado en su comedor, inmóvil. Se veía triste, tenía una cara parecida a la de su novio “pobre hombre…” pensó ella—Oye…
-¿Qué sucede?—seguía con la mirada sobre la ventana de esa casa, miraba la misma escena que ella.
-Tal vez, este año sea diferente… Debes enfrentarte a la realidad, no puedes quedarte aquí. Aquél hombre sabe cómo te sientes ¿ o no?
-Sí, era su padre.
-Exacto, puedes ir, tocar su puerta y hablar con él, tal vez hoy, fin de año, puedas pasarlo bien con alguien más.
-Tal vez…- dijo, con cara de hipnotizado.
-Bien, corazón. Cuídate mucho, y Feliz Año Nuevo—se despidió de él, agachándose un poco para besarle la frente y después caminó a su auto para así, encaminarse a su reunión.
Ella no podía dejar de lado su reunión, hacía mucho que no veía a esos amigos y además, juró ir “llueva, truene o relampaguee, yo iré” dijo aquella vez…
Pero tampoco tenía muchas ganas de dejar solo a su novio. Ya habían hablado de ese accidente, ella ya le había preguntado si deseaba ir, pero él dijo que no, que no se sentía bien si había tantas personas con él, así que ella respetó su decisión. Aún así, estaba cansada de verlo cada año, desde el día de la Víspera de Navidad hasta el 19 de enero del siguiente año, sentado dondequiera pero en el suelo, con las manos en la cara, ojos hinchados y rojos, la nariz escurriendo y a su lado tres paquetes de pañuelos para limpiarse…
Arrancó el motor de aquella carcacha y se fue, dejándolo solo.
Él pensaba que ella tenía razón… Pero no sabía cómo hablarle de nuevo a ese hombre, su vecino. Desde aquél incendio provocado por unas chispitas de las luces de colores, los había dejado a todos mal heridos…
La esposa del señor había fallecido con su hija… Quedando así tres integrantes vivos, ese día, en la casa: él, el padre y su, apenas un año, ya fallecida tía abuela.
“El mundo está lleno de muerte y dolor… A veces creo que la gente sólo viene a morir y no cumple nada” pensó con el ceño fruncido.
“Aún no cae nieve… No cae nieve para mí desde aquél día. Cada vez que espero a que ésta llegue, ya no siento que sean épocas prósperas decembrinas.” Seguía metido en sus pensamientos. Mientras el congelado viento le golpeaba la cara y hacía que sus cabellos flotaran, pareciera que quisieran desprenderse de su cabeza.
Gracias al viento, llegó volando un volante algo maltratado… Lo leyó
ESTA NOCHE ES DE FIESTA
El día 31 de diciembre habrá un gran evento en la calle Oxford… No falten. Habrá también juegos para toda su familia, para estar con los amigos, no puedes venir sólo, el día de año nuevo se festeja a lo grande.
-Oh, parece que todos se divertirán allá… Tal vez deba ir…- se dijo a sí mismo, tratando de olvidar, por primera vez, lo del accidente.
“Lleva a tu vecino!, está igual de solo que tú” le dijo su cabeza…
Y sin pensarlo dos veces, se dispuso a levantarse del asfalto, caminar unos metros y tocar por primera ocasión en la década aquella puerta manchada de hollín.
Toc, toc , toc
¿Quién es? Dijo una grave voz desde dentro de la casa.
-Buenas tardes señor, soy su vecino de enfrente…- dijo con un poco de optimismo al recordar la voz de aquél buen hombre que una noche los invitó a una deliciosa cena, olvidando por segunda ocasión lo sucedido.
Pase… Pase- dijo el solitario dentro de la casa.
Estaba un poco nervioso, realmente no sabía si las manos le temblaban del cruel frío de ahí afuera, o de nervios. Aún así, giró el picaporte de la puerta y caminó hacia dentro.
Inmediatamente chocó con él.
El hombre mayor esperaba justo detrás de la puerta.
-Bu- buenas tardes, señor- repitió el joven con una sonrisa algo fingida, pero no porque no quisiera sonreír a su vecino, sino que no sentía ganas de hacerlo, aún se sentía triste.
-buenas…- le respondió igual.-- ¿Qué te trae por aquí muchacho?, ya nadie viene a visitarme
-¿Es esa la razón de que su casa no esté adornada?
-No, claro que no. Pero… tampoco la tuya estuvo adornada por años jovencito—dijo el mayor evitando las evidencias de que aún se sentía deprimido
-Pero este año sí…
-Sí, ya lo noté… Bueno, realmente no importa, pasa muchacho, calenté un poco de agua.
-Gracias…
Llegaron a la sala y el menor se sentó esperando paciente al vecino para que trajera las tazas con té caliente.
30 dic 2010
*But I Can´t Believe she's Gone*
Parte I ~El Adulto Perdido~
Era una buena mañana de invierno para la familia que habitaba aquella tan adornada casa.
La madre, usando aún la piyama con guantes y bufanda, ponía las últimas esferas del árbol navideño que el esposo había cortado.
El hombre de la casa se prepraraba para salir, comprar las cosas para la importante cena y luego ir por un poco de leña; ya había dado unos sorbos a la taza de ponche que su mujer le había preparado. Luego se sintió listo y abrióla puerta, iba a dar el primera paso a la intemperie cuando sintió que algo detenía con pequeña fuerza la cola de su suéter. Era la pequeña mano impidiendo que diera algun otro movimiento.
-No te vayas aún, papi- suplicó con esa tierna voz- Toma, te falta esto...- diciendo esto ella estiró su otra mano dandole una bufanda a su padre,
-Oh, gracias pequeña...- le sonrió
-Y, tampoco te olvides de mí... Llevame contigo.
El hombre se veía apurado, algo impaciente
-Bien, pero primero pide permiso a tu madre
-Voy Corriendo!!^^- dijo ella mientras echaba a correr, estaba emocionada, su padre saldría , porfin, con ella después de tanta espera de las vacaciones.
La niña de rizos tardó un poco en regresar a la entrada de su hogar, pues su paranóica madre le había ordenado cubrirse, así que le puso sueter sobre sueter, terminando con una bufanda parecida a la de su padre y un par de guantes.
Llegó corriendo a la entrada de la casa y se llevó la gran sorpresa de que el ser a quién tanto amaba, ya no estaba en la puerta, la pequeña se llevó una gran desilusión, pero aún así decidió ir a buscarlo por su propia cuenta.
Abrió la gigantesca puerta y caminó adeentrandose en el cruel invierno.
Caminaba a paso normal, pero aún así el frío viento que esa temporada traía consigo, golpeaba su dulce rostro, así que tomó la bufanda y la puso sobre su carita cubriendo, al mismo tiempo, la boca y la nariz.
Realmente no tenía algún camino que seguir...
Comenzó a imaginar lo lugares donde su padre pudo haber ido.
De pronto, un gran choque intervino en sus pensamientos
-Oh, lo siento...- dijo el niño conquien había tropezado, era su vecino de enfrente
-auch!... Amm, no te preocupes...- respondió ella sonriendo.
-¿cómo has estado?- preguntó el chiquillo que era de la misma edad que ella... y también de la misma estatura
-jaja, bien... Gracias. Iba a buscar a mi papá. Se fue no sé dónde sin mí- dijo mientras fruncía el ceño.
-¿enserio? Bueno, si quieres puedo ayudarte a buscarlo. Tengo un triciclo y así podremos ir mas rapido a donde quieras
-¿Seguro?... Pero no quiero tardar mucho, mamá se preocuparía mucho
-nno te preocupes, mi vehículo es super rápido- le dijo él mientras tomaba su mano y la llevaba hacia donde el objeto mencionado se encontraba
Subieron, el pequeño iba al frente y ella en una canstita detrás. Él comenzó a pedalear con todas su fuerzas...
Después de unos minutos llegaron a la avenida principal, cerca de ahí se encontraba un gran parque, y al otro lado el supermercado.
Estuvieron mucho tiempo tentados a dirigirse al parque, pero decidieron buscar primero al adulto que habían perdido.
Entraron mientras los adultos los miraban con curiosidad
Buscaron y buscaron...
Llegaron a un lugar donde había miles de juguetes para niñños de diversas edades, y fue ahí donde lo encontraron.
El padre de la pequeña explicó que solo veía los juguetes... Se disculó con ella. Terminaron los tres juntos las compras y fueron a casa.
El pequeño vecino[quien era huerfano y padres y vivia con su vieja tía abuela] fue invitado a la cena especial, él aceptó y aquella noche tuvieron todos la mejor cena que alguien hubiera vivido jamás.
Esa noche estuvo llena de cantos, juegos, chistes y mucha alegría de parte de todos. Fué tan próspera que parecía perfecta...
Tan perfecta fué hasta que, en la noche, como a las once algo horrible sucedió.
el gran árbol, que todos habían adornado, comenzó a quemarse...
De cinco personas que había en esa pequeña cena Navideña, quedaron solo tres...
¿La razón?...
(Continuará)
Era una buena mañana de invierno para la familia que habitaba aquella tan adornada casa.
La madre, usando aún la piyama con guantes y bufanda, ponía las últimas esferas del árbol navideño que el esposo había cortado.
El hombre de la casa se prepraraba para salir, comprar las cosas para la importante cena y luego ir por un poco de leña; ya había dado unos sorbos a la taza de ponche que su mujer le había preparado. Luego se sintió listo y abrióla puerta, iba a dar el primera paso a la intemperie cuando sintió que algo detenía con pequeña fuerza la cola de su suéter. Era la pequeña mano impidiendo que diera algun otro movimiento.
-No te vayas aún, papi- suplicó con esa tierna voz- Toma, te falta esto...- diciendo esto ella estiró su otra mano dandole una bufanda a su padre,
-Oh, gracias pequeña...- le sonrió
-Y, tampoco te olvides de mí... Llevame contigo.
El hombre se veía apurado, algo impaciente
-Bien, pero primero pide permiso a tu madre
-Voy Corriendo!!^^- dijo ella mientras echaba a correr, estaba emocionada, su padre saldría , porfin, con ella después de tanta espera de las vacaciones.
La niña de rizos tardó un poco en regresar a la entrada de su hogar, pues su paranóica madre le había ordenado cubrirse, así que le puso sueter sobre sueter, terminando con una bufanda parecida a la de su padre y un par de guantes.
Llegó corriendo a la entrada de la casa y se llevó la gran sorpresa de que el ser a quién tanto amaba, ya no estaba en la puerta, la pequeña se llevó una gran desilusión, pero aún así decidió ir a buscarlo por su propia cuenta.
Abrió la gigantesca puerta y caminó adeentrandose en el cruel invierno.
Caminaba a paso normal, pero aún así el frío viento que esa temporada traía consigo, golpeaba su dulce rostro, así que tomó la bufanda y la puso sobre su carita cubriendo, al mismo tiempo, la boca y la nariz.
Realmente no tenía algún camino que seguir...
Comenzó a imaginar lo lugares donde su padre pudo haber ido.
De pronto, un gran choque intervino en sus pensamientos
-Oh, lo siento...- dijo el niño conquien había tropezado, era su vecino de enfrente
-auch!... Amm, no te preocupes...- respondió ella sonriendo.
-¿cómo has estado?- preguntó el chiquillo que era de la misma edad que ella... y también de la misma estatura
-jaja, bien... Gracias. Iba a buscar a mi papá. Se fue no sé dónde sin mí- dijo mientras fruncía el ceño.
-¿enserio? Bueno, si quieres puedo ayudarte a buscarlo. Tengo un triciclo y así podremos ir mas rapido a donde quieras
-¿Seguro?... Pero no quiero tardar mucho, mamá se preocuparía mucho
-nno te preocupes, mi vehículo es super rápido- le dijo él mientras tomaba su mano y la llevaba hacia donde el objeto mencionado se encontraba
Subieron, el pequeño iba al frente y ella en una canstita detrás. Él comenzó a pedalear con todas su fuerzas...
Después de unos minutos llegaron a la avenida principal, cerca de ahí se encontraba un gran parque, y al otro lado el supermercado.
Estuvieron mucho tiempo tentados a dirigirse al parque, pero decidieron buscar primero al adulto que habían perdido.
Entraron mientras los adultos los miraban con curiosidad
Buscaron y buscaron...
Llegaron a un lugar donde había miles de juguetes para niñños de diversas edades, y fue ahí donde lo encontraron.
El padre de la pequeña explicó que solo veía los juguetes... Se disculó con ella. Terminaron los tres juntos las compras y fueron a casa.
El pequeño vecino[quien era huerfano y padres y vivia con su vieja tía abuela] fue invitado a la cena especial, él aceptó y aquella noche tuvieron todos la mejor cena que alguien hubiera vivido jamás.
Esa noche estuvo llena de cantos, juegos, chistes y mucha alegría de parte de todos. Fué tan próspera que parecía perfecta...
Tan perfecta fué hasta que, en la noche, como a las once algo horrible sucedió.
el gran árbol, que todos habían adornado, comenzó a quemarse...
De cinco personas que había en esa pequeña cena Navideña, quedaron solo tres...
¿La razón?...
(Continuará)
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