Estábamos solos, escondidos del adverso mundo que yo comencé. Ella, sentada frente a mí sobre una caja de madera, mirando hacia la pequeña ventana de este sótano. Yo, sentado en el piso frío, igual que este espantoso lugar. Ella temblaba como una maraca; una pálida maraca con ojos verdes.
Se veía tan linda y serena metida en sus inocentes pensamientos mirando la poca luz que daba la ventanita.
Quise saber lo que sus ojos seguían… y me dediqué también a mirar el exterior.
Era un día nublado, aunque el sol podía asomarse un poco por las gruesas y grises nubes del cielo. Después de un pequeño momento, me harté de ver que esas siluetas lograban vivir una vida buena, mientras ella y yo estábamos aquí condenados a escondernos en el lugar menos romántico. Así que volví a mirarla, ella seguía viendo hacia afuera, esa carita de porcelana era adorable; cabello corto despuntado y negro mostraba su blanco cuello. En ese momento sentí unas ganas muy grandes de abrazar a mi pequeña bailarina, pero su expresión había cambiado de una serena a otra muy diferente y difícil de explicar; ¿era preocupación? ¿Tristeza?... ¿Qué era?
No se veía muy feliz, al igual que yo, pero tampoco se veía que se sintiera muy miserable. Al menos eso es lo que logré “adivinar” en su penetrante mirada.
Me decidí a preguntarle.
-mmm… ¿Qué sucede? ¿Está todo bien?, ¿necesita otro asiento?
Le dije mientras movía mis ojos de un lado a otro por los nervios. Mi voz sonó muy preocupada… era algo que quería evitar, pero creo que no pude.
Ella por fin me miró.
-no… este no me pasa nada, estoy bien, gracias.
Acompañó esto con una cara obligada a sonreír.
es que… veo algo en su expresión, pero no sé que es lo que pasa por su mente. Digame!- creo que la asusté, pero realmente no pude contener mis sentimientos afligidos de preocupación.
-mmm… es solo que, temo por ti. No quiero que te lastimen! Tengo miedo de que lleguen esos infelices… - dijo abruptamente, mientras sus claros ojos se cristalizaban.
-¿qué? No debería preocuparse por mí.-dije casi gritándole de nervios- Por culpa mía esta aquí sin poder vivir como esas siluetas de afuera!! Por mí muchos han sufridos y lo sabe. Solo fui y soy un desgraciado, un monstruo insensible. Por mí USTED TAMBIEN HA SIDO LASTIMADA!!! No debería…Mire, no me conoce!! ¿Cómo puede estar preocupada por mi persona? Ya cálmese… algún día saldremos de aquí. Pero por mientras no haga nada que logre que nos encuentren si?... Aunque no lo crea señorita, tengo miedo también…
Entonces mi bailarina de porcelana se hizo para atrás, para de alguna forma alejarse de mi histeria, y volteó a ver el suelo mientras esos ojos cristalinos dejaron rodar esa fría lágrima por sus mejillas…
Volvió a mirar a la ventana añorando, una vez más lograr salir, es el primer día que nos escondemos aquí. Yo, no la conozco ni ella a mí, pero por mi culpa, la culpa de este maldito egoísta, tuvimos que venir… La verdad es que hay algo extraño en la decisión que la señorita Cloudson tomó, pues yo le dije que podía retirarse, pidiéndole de favor que no dijera que me encuentro aquí, pero ella, dijo que quería afrontar las consecuencias de huir de casa…
¿Por qué decidió quedarse? Pues amigos míos, no tengo idea. Nada viene a mi cabeza cada vez que trato de encontrar respuesta.
Es que simplemente no puedo creer que esta muchachita tan linda, haya decidido quedarse con alguien como yo escondida en un lugar tan horrible, un lugar lleno de humedad, basura, insectos extraños y cosas olvidadas.
Nos encontramos en el desván de una casa que fue abandonada hace un poco más de nueve años por una familia disfuncional, lo sé porque esa familia era la mía.
Es algo difícil tratar de comportarme bien en frente de una dama como ella. Es algo debí haber aprendido, pero no quise. No quise aprender porque me decían que era básico para poder casarme, y contraer matrimonio nunca fue mi idea de una vida en pareja, ni siquiera ahora.
Solo debo esperar el momento en que ella se canse de mí y que se vaya, quiero irme de esta ciudad tan conservadora.
Comienza el frío, un poco de lluvia cae.
-¿tiene frío señorita Cloudson?
-no, no se preocupe. Estoy bien con este suéter.
-Como desee, pero tenga en cuenta que si se enferma no se curará tan fácil pues no hay medicamentos aquí. Solo estos podridos alimentos, por lo cual le pido una disculpa.
-No se preocupe, ya le dije que estoy bien…
-¿ya no llorará?
-¿Qué? Yo no estaba llorando…- dijo tocando sus ya secas lágrimas de una de sus mejillas.
-Espero que haya tomado una buena decisión con quedarse aquí…
-Sí, la tomé. Ahora déjeme. Quiero dormir y arrullarme con el sonido del agua…- cierra los ojos. Y una nueva lágrima sale…
Pobre, ha de extrañar mucho a su maldito prometido y a su familia de dinero. Maldita sea, tenía que ser su prometido el mismo hombre de dinero que me quitó todo…
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